Tras la conquista cristiana de Valencia (1238) la cerámica de aplicación arquitectónica, en manos de los mudéjares, continúa con una técnica similar de piezas monocromas hasta finales del siglo XIV. En este momento se introduce el óxido de cobalto en los centros de Manises y Paterna y se intensifica la producción y exportación de azulejos en azul intenso. Esta azulejería seriada recrea temas iconográficos, geométricos y vegetales de raigambre musulmana ( alaifas, árboles del Paraíso, retículas, pavones y vírgulas ), al igual que las producciones de loza coetáneas.
A partir del siglo XV la influencia mudéjar cede ante la estética gótico-cristiana con la incorporación de los temas decorativos gremiales ( herreros, cardadores ) y heráldicos destinados a la nobleza y al clero. Por otro lado, predominan motivos vegetales geometrizados (rosetas, rodaviento, encadenados) y azulejos simples, como los de “mitadat”. Menos frecuentes fueron los que representan animales y seres imaginarios. Posteriormente, en los inicios del siglo XVI, el influjo renacentista y la producción cerámica andaluza y toledana motivaron la adopción de decoraciones derivadas de las lacerías musulmanas: series de tibias, de estrellas de tres brazos o los encadenados en reserva. También se producen los azulejos de cuerda seca y arista con presupuestos mudéjares y a imitación de los sevillanos.
La conformación de los azulejos se realizaba mediante el prensado del barro dentro de moldes de madera o “graellas”. Según las últimas investigaciones las losetas resultantes (cuadradas, rectangulares, hexagonales,) se decoraban con óxido de cobalto bajo cubierta, en crudo. Después de la primera cocción, el azulejo recibía un baño de estaño, emergiendo el azul sobre éste en la segunda cocción. Los azulejos de arista y cuerda seca eran realizados mediante moldes por impresión, aplicándose posteriormente la pintura con óxidos, simulando los alicatados musulmanes. Los pigmentos más utilizados fueron el óxido de cobalto, el manganeso, el verde de cobre y el reflejo metálico.
El formato más frecuente es el modelo plano cuadrado, pequeño (10 a 12 cm de lado)o grande (16 a 22 cm), el rectangular ( 10 a 12 y 16 a 22 cm), y el hexagonal. Otros formatos corresponden a las piezas para casos especiales: octogonales o triangulares. Las composiciones del pavimento gótico valenciano presenta varias combinaciones de estos tipos básicos.