La revalorización de los azulejos en la arquitectura, el desarrollo urbano de las grandes ciudades, la utilidad higiénica de los azulejos y el proceso general de industrialización del país, motivaron una gran demanda de producción sobretodo a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Así, en el último tercio del siglo XIX se asiste al verdadero desarrollo de la industria azulejera, destacándose el centro productor de Onda dentro del panorama español.
La evolución técnica, la mecanización.
En cuanto a la conformación de los azulejos, se observa una evolución, motivada por los avances técnicos y la fuerte demanda, pasando del prensado del barro de forma manual ( mediante moldes o artefactos como la prensa de palanca ) a la utilización del prensado en polvo de arcilla con prensas mecánicas. Con ello, se constata una disminución paulatina del tamaño, grosor y peso de las piezas con tendencia hacia la homologación del formato de 20×20 cm. Un caso destacable al respecto es la prensa manual de palanca conservada en el Museo, un paso intermedio decisivo en la conformación de azulejos. También la aparición de costillas, para ofrecer un mejor agarre del azulejo, será una novedad de la segunda mitad del siglo XIX. Y con relación a las costillas, proliferan las marcas de fábrica impresas en el reverso.
La evolución estética, una centuria ecléctica.
Los azulejos de la primera mitad del siglo XIX los podemos calificar todavía de artesanales, entroncados con las técnicas y decoraciones precedentes. Al igual que en la técnica, a lo largo de la centuria asistimos a una gradual evolución también en la ornamentación. Los motivos florales y vegetales neoclásicos van siendo suplantados y transformados por geométricos. La decoración con trepa se impone como sistema más versátil en la producción seriada y los colores se vuelven más nítidos y uniformes. Hacia finales del siglo XIX, con una producción que podemos calificar de pre-industrial, se asiste a un revival de temas anteriores (góticos, renacentistas y barrocos), destacándose lo neoárabe, y una tímida irrupción modernista.