Desde el primer momento y a lo largo de los años, mosén José Aguilella ha ido aportando nuevas obras al Museo. Recientemente, ante su jubilación, ha decidido donar su colección de cerámica y azulejos, además de documentación relacionada con la cerámica. Todo el conjunto es importante para el Museo, pero hay que destacar los platos decorativos de Sajironda (La Fabriqueta) ya que enriquecen cualitativamente la colección de cerámica de forma y permiten completar y exhibir una laguna que tenía el Museo en sus amplios repertorios.
Las donaciones para el enriquecimiento de las colecciones del Museo han ido más allá de las contínuas aportaciones de piezas y obras a lo largo de todos estos años: la afición del joven José Aguilella a la fotografía hizo que durante décadas captara con su cámara lugares, rincones, máquinas, procesos técnicos, azulejos, personas… y ha generado un compendio de imágenes que resulta imprescindible para estudiar y comprender nuestra historia reciente y, específicamente, para entender la evolución de la industria azulejera y cerámica.
Poder enriquecer nuestro patrimonio gracias a ciudadanos solidarios como mosén José Aguilella que deciden compartir el arte y el conocimiento con el mundo es todo un honor y es misión del Museo del Azulejo trabajar a conciencia por salvaguardar tan preciado legado y ponerlo al alcance de todos, para enseñar a las próximas generaciones de ondenses estas obras de las que tanto podemos aprender.
El catálogo adjunto profundiza en esta donación y en la figura de Mosén José Aguilella Maneu.