Adquirir es el primer paso para conservar una parte de nuestro Patrimonio Histórico. Adquiriendo enriquecemos los fondos del Museo al tiempo que ayudamos a la preservación de numerosos objetos del pasado frente a su desaparición. Y también, cuanto más piezas rescatamos, más podemos profundizar en la investigación de nuestra historia cerámica, y por tanto, con más exactitud, podemos difundirla de forma científica y didáctica.
Es ésta una tarea fundamental del Museo, una de sus razones de ser: el conservar, el preservar los objetos que nos han llegado del pasado.
Durante el año 2015 el Museo ha engrosado sus colecciones entre azulejos (los más numerosos), piezas de forma, máquinas y herramientas de fabricación, documentación sobre antiguas fábricas, imágenes de trabajadores, libros…
Entre los nuevos azulejos ingresados queremos destacar los procedentes del pavimento de la antigua capilla de la comunión (ahora sacristía) de la vecina parroquia de Betxí, construida entre 1694 y 1703. También cabe citar la colección personal de Francisco Llorens Zas (conocido como el Algueró) compuesta de azulejos de la fábrica la Glorieta y procedentes del antiguo palacete Algueró (situado en el mismo lugar donde ahora está el pasaje Algueró, en Onda) y de obras creadas por el propio Sr. Llorens como las interesantes placas cerámicas y las originales piezas de forma revestidas con azulejos.
Procedentes de los derribos de viviendas en Onda tenemos las numerosas piezas rescatadas de la calle Santa Ana, número 2, con azulejos de diferentes épocas: azulejos barrocos de frontis de escaleras, azulejos decimonónicos del gran balcón, los azulejos que decoraban el hogar de la fábrica La Campana y zócalos. Así mismo, hemos recuperado modelos modernistas procedentes de una caseta de la Serratella. También de inicios del siglo XX nos ha llegado un bonito musetrario de azulejos futbolísticos, y lápidas cerámicas de finales del siglo XIX.
De igual forma se han ido recopilando las obras premiadas con los Alfa de Oro de Cevisama 2015, que ya fueron presentadas en su momento; y que vienen a completar el repertorio de los objetos más destacados en cuanto a la evolución estética y técnica del azulejo desde hace ya 40 años. Estas piezas enlazan con el Patrimonio Industrial Etnológico que custodia el Museo centrado en el proceso de fabricación, y que con el tiempo se ha ido consolidando y se ha agrandado considerablemente.
Una de las grandes y singulares colecciones que conserva el Museo del Azulejo es la que aglutina los objetos etnológicos industriales (prensas, trepas, herramientas,…) y las series documentales (planos de antiguas fábricas, proyectos de instalaciones y maquinarias, libros de contabilidad, correspondencia, catálogos, fotografías,…) relacionadas con el proceso global de fabricación, diseño y comercialización de los azulejos.
En este sentido, hay que hacer una especial mención a la donación del horno de pruebas cerámicas fechado alrededor del año 1900 y diversa documentación relacionada con la fábrica La Concepción y con patentes de azulejos. El horno fue de Joaquín Jesús Bernad Castellón, químico de profesión y vinculado a una de las sagas azulejeras de Onda de finales del siglo XIX (La Esperanza y La Concepción) y hermano del titular de la fábrica «El Clot» en los años cuarenta del siglo XX.
Del mismo modo, la donación de documentos de los Talleres Fernando Schleich, que estuvieron emplazados en la ciudad de Castellón, significan una extraordinaria aportación en el enriquecimiento de esta Colección. Esta documentación está constituida por miles de planos de proyectos que abarcan desde instalaciones completas de fábricas de azulejos y cerámica, hasta hornos de todos los tipos (de pasajes, cámaras, túnel, botella, de fundir esmaltes, calcinar,…), esmaltadoras, secadores, chimeneas,…
El periodo temporal de esta documentación va, groso modo, desde finales de la década de 1930 hasta 1970 aproximadamente, aunque la mayor cantidad corresponde a las décadas de 1950 y 1960, período fundamental en el desarrollo y adaptación de nuestra industria. Sin lugar a dudas, esta colección resulta una fuente documental irreemplazable para el estudio de la evolución de la industria azulejera en Castellón y España.
Esperamos que en un próximo futuro, después de un proceso de catalogación e investigación, se pueda poner en valor este legado con la organización de una exposición monográfica y la edición de un catálogo razonado a fin de difundir tan destacable documentación que, dicho sea de paso, corresponde a una parte significativa de lo que somos en el presente.
Por otro lado, también nos han donado algunos libros de técnicas cerámicas, catálogos y documentación diversa de fábricas (de los años 1970 a 1980) que agrandan los fondos documentales del Museo.
Somos conscientes de que algunas donaciones, hechas a lo largo de los años y por diversos motivos, aún no han sido expuestas. Pero tengan la seguridad de que lo haremos en un futuro, ya que todas las aportaciones las consideramos importantes para recuperar nuestra historia.